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atural
mente 7
ç sumarioa la extracción de este mineral, la que encontró
los primeros fósiles en una de sus prospeccio-
nes en 1991.
El paseo continúa junto a Jorge Morales que me
lleva a otro de los yacimientos. En este parece que
están llegando al final de la excavación, han sacado
fósiles de tortugas gigantes, tigres dientes de sable,
osos y muchas más especies. Escuchar las explica-
“En un ambiente relajado,
en el que no faltan la
música, las risas y las
bromas, los paleontólogos
descubren cada uno de los
restos que esconde esta
tierra dura y seca”
ciones de Jorge y Manuel es como ir encendien-
do luces en una galería que permanecía a oscuras.
Ahora resulta fácil imaginar una sima donde los
animales quedaban atrapados. Gracias a sus pala-
bras Torrejón de Velasco, que hasta ahora no era
para mí más que un pueblo del sur de Madrid, se
ha transformado en un libro abierto que nos habla
de una región que hace casi 10 millones de años
tenía muy poco que ver con la que encontramos
hoy pues era un lugar poblado de grandes mamífe-
ros y una densa cobertura vegetal.
Y es que el trabajo durante 25 años de cientos
de personas está aportando información excep-
cional sobre especies de mamíferos que apenas
se conocían en el registro fósil mundial. Se han
descubierto nuevas especies o completado las
relaciones de parentesco o filogenia de especies
actuales.
Llegué a Batallones preguntándome qué senti-
do tenía ir hasta allí y me marcho preguntándo-
me cuántas cosas más se esconderán en el suelo,
bajo nuestros pies
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Panorámica en el Cerro de los Batallones. Al fondo se ve la lona que cubre el Batallones 10
Manuel Hernández Fernández junto a estudiantes
en la última campaña de excavación del Cerro de
los Batallones, en julio de 2015
“Ahora ya puedo imaginar
Torrejón de Velasco hace
casi 10 millones de años, un
lugar poblado de grandes
mamíferos y una densa
cobertura vegetal”