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atural
mente 7
ç sumariopuesta que quedaba delimitada bruscamente por
rocas duras y niveles de sepiolita. Estábamos en
el techo del relleno sedimentario de una cavidad,
habíamos encontrado los niveles superiores que
en el primer yacimiento habían sido destruidos, y
estos niveles sugerían que también había existido
una trampa capaz de atrapar a grandes herbívoros.
Durante dos meses excavamos el yacimiento
recuperando todos los restos de los dos masto-
dontes. Esta excavación tuvo un impacto mediático
impresionante, que nos desbordó rápidamente.Du-
rante un tiempo la mayor parte de los medios auto-
nómicos y nacionales se hicieron eco de los hallaz-
gos, la noticia se amplificó al entrar de lleno como
arma arrojadiza entre partidarios y detractores del
proyecto de construcción de una planta de residuos
proyectada en el cerro, a escasa distancia de los
yacimientos, y de la ciudad de Valdemoro.Vecinos,
autoridades, periodistas, geólogos o simplemente
curiosos venían en tropel, hubo momentos que
aquello parecía el lugar de moda del verano madri-
leño.Aunque sin duda lo más extraordinario fue el
hallazgo durante ese mismo verano de dos nuevos
yacimientos, Batallones 3 en la ladera del cerro y
Batallones 4, a unos escasos metros de Batallones 2.
De repente lo extraordinario, lo raro, se estaba
volviendo común lo que hacía al conjunto, si cabe,
cada vez más importante y no menos misterioso.
El principio de la solución al enigmático origen de
estos yacimientos vino de la mano de Pablo G. Sil-
va, geólogo especialista en geomorfología, que visi-
tando Batallones 2, sugirió que los yacimientos po-
drían haberse formado por erosión sub-superficial,
un fenómeno conocido como piping o tunelación,
común en zonas semiáridas actuales y asociado a
la erosión de áreas formadas principalmente por
sedimentos detríticos. Hallazgos sucesivos y el
estudio geofísico del subsuelo del Cerro de los
Batallones vinieron a confirmar la validez de esta
hipótesis, de manera que, mientras la explotación
minera del cerro proseguía, nuevos yacimientos
fueron descubiertos y protegidos hasta un total de
nueve, el último Batallones 10 en el año 2007.
Para entonces el Cerro de los Batallones ya ha-
bía sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC)
con carácter de zona paleontológica por la Comu-
nidad de Madrid (año 2002) y la investigación de
los yacimientos proseguía sin pausa. Hoy gracias a
este esfuerzo de excavación e inves-
tigación tenemos una documenta-
ción excepcional sobre lo ocurrido
hace nueve millones de años en ese
pequeño lugar del sur de Madrid, lla-
“Tras las
excavaciones
comenzaron los
primeros estudios.
El material
recuperado era de
tanta calidad que
casi abrumaba,
y costó tiempo y
formación abordar
su estudio”
Batallones es sobretodo famoso por la gran cantidad de restos de carnívo-
ros encontrados, siendo los más abundantes los félidos dientes de sable. En
la foto Manuel J. Salesa estudiando columnas vertebrales de estos fósiles.
mado Cerro de los Batallones. Sin embargo queda
todavía mucho trabajo por hacer, nuevas investi-
gaciones por desarrollar, y dado que me he equi-
vocado dos veces, una al pensar que en dos días
podíamos haber excavado Batallones 1 (cuando
solo llevamos 25 años), y la segunda que era im-
probable que hubiese un segundo Batallones (en
realidad solo han sido nueve), no haré un tercera
previsión, en Batallones todo es posible paleonto-
lógicamente hablando.
Los yacimientos del Cerro de los Batallones nos
ofrecen un observatorio excepcional a un peque-
ño momento de la historia de nuestro planeta.
Hace aproximadamente nueve millones de años,