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ç sumarioPara recibir
un correo electrónico cuando salga el próximo númeroo
darnos tu opinión escríbenos a
naturalmente@mncn.csic.es www.naturalmentemncn.orgConservar, inventariar y catalogar la biodiversidad son algunas
de las funciones de las colecciones de historia natural, pero ¿cómo
comienza el proceso para inventariar la fauna del planeta? Con
las expediciones que recogen animales sorprendentes en lugares
asombrosos.
El día 18 de febrero tomamos tierra en el ae-
ropuerto boliviano de la ciudad de
El Alto, a 4000
metros de altitud. Es ésta una extensión enorme
y plana de casas que, sin solución de continuidad,
se asoma al borde del Altiplano y da lugar a la
abrupta ciudad de La Paz. Lo que nos trae aquí
son los anfibios de este país mega-diverso, que
andan en verdaderos apuros. Hay poblaciones
que han experimentado drásticos declives y unas
cuantas especies han sido literalmente borradas
del mapa. Por ello hemos titulado ERASE (=“bo-
rrar”, por sus siglas en inglés: Extinction Risk as-
sessment of Andean Species of Ectotherms), al
proyecto cuyo trabajo de campo así comienza.
Afortunadamente, no todas las regiones del país
y grupos de anfibios están igualmente afectados.
Nada particularmente grave o nuevo ocurre en
los bosques y sabanas de las tierras bajas. En los
Andes la situación es mucho peor. Pero, al me-
nos, existe un género de pequeñas ranas andinas,
Psychrophrynella
, cuya diversidad es en gran parte
desconocida todavía, y no dejamos de descubrir
especies nuevas para la ciencia. En esta primera
parte del relato nos centraremos en celebrar esa
diversidad todavía por describir, y dejaremos para
la segunda parte las tareas encaminadas a com-
prender cómo dicha diversidad se ve amenazada.
Oro, ranas y glaciares
Se une a nuestra expedición un biólogo de la
Universidad de Cochabamba, Gabriel Callapa,
perteneciente a una organización llamada
Bolivian Amphibian Initiative, la cual hace un par de años lle-
vó a cabo un proyecto en las faldas del soberbio
nevado Illimani (6438 m) de la
Cordillera Real .El
objetivo entonces fue evaluar el estado de con-
servación de la especie de rana endémica
Psy-
chrophrynella illimani,
y concienciar a la población
local sobre la necesidad de protegerla. Muchas
especies de este género tienen distribuciones ex-
traordinariamente restringidas y ya sólo por ello
son potencialmente frágiles. Los estudios previos
indican la posible existencia de una segunda espe-
cie de
Psychrophrynella
en la zona, que sería nueva
para la ciencia. Somos algo escépticos al respecto,
porque los casos de dos especies viviendo juntas
son raros en este género y, por otro lado, su alta
variabilidad intraespecífica en coloración y tex-
tura de la piel puede inducir a error. Así que es
importante que colectemos ejemplares y tejidos
y grabemos sus llamadas de apareamiento, para
discernir si hay una o dos especies.
Psychrophrynella illimani
se muestra escasa y es-
quiva, pese a que oímos a los machos cantar. Des-
pués de tres días levantando, literalmente, cientos
de piedras, al final encontramos sólo unos pocos
ejemplares. Pero ¿qué hay de la supuesta especie
nueva? Pues resulta que…¡la hay a montones! Y,
“Llegamos a Bolivia para
comenzar el trabajo de campo
del proyecto ERASE (en
inglés, borrar):
Extinction
Risk assessment of Andean
Species of Ectotherms
”
Trabajo de campo a 4.500 m de altitud en el valle de
la Cooperativa Minera 25 de Agosto (al fondo), a los
pies del Nevado Illimani.