Background Image
Table of Contents Table of Contents
Previous Page  3 / 77 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 3 / 77 Next Page
Page Background

n

atural

mente 5

ç sumario

Cuando el suelo enferma, todos lo hacemos

A Darwin le interesaban mucho las lombrices.

Es probable que mucha gente desconozca este

aspecto de la biografía del gran naturalista, quien

en 1881, seis meses antes de su muerte, publicó

La formación del manto vegetal por la acción de las

lombrices: con la observación sobre sus hábitos

. Esta

obra, de la que se vendieron 8.500 ejemplares

en poco más de dos años –tuvo más éxito que

El origen de las especies

– contribuyó a que las

lombrices dejaran de considerarse una plaga y

empezaran a valorarse por su importante papel

en la formación del manto vegetal y en

la fertilidad del suelo.

Al igual que las lom-

brices, el suelo es

un tema que

no despierta

demasiado

i nterés.

¿Será porque somos incapaces de percibirlo debajo

de tanto cemento? El suelo es una capa muy delga-

da de la corteza terrestre, desde unos pocos centí-

metros a unos tres metros, de la que dependemos

absolutamente. Necesitamos

el suelo para alimentar a una

población de siete mil millones

de personas, para protegernos

de inundaciones, incendios y

otros desastres naturales, para

retener un elevado porcentaje

de CO

2

y otros gases de efecto

invernadero, etc. Estos son sólo

algunos de los servicios esen-

ciales que nos aporta el suelo.

Porque no se trata de una simple capa de tierra,

sino de un sistema extraordinariamente complejo

que sustenta una cuarta parte de la biodiversidad

global. Aunque una gran parte de los organismos

que viven en el suelo están sin identificar, sí sabe-

mos que las bacterias y los hongos son los seres

vivos más abundantes y diversos, hasta el punto de

que en un gramo de suelo puede haber entre 5.000

y 10.000 especies de microorganismos.Pero el sue-

lo tiene muchos más inquilinos, como nematodos,

ácaros, insectos, crustáceos, arácnidos, etc.; sin olvi-

dar las lombrices de tierra, verdaderos arquitectos

e ingenieros del suelo.

Además de su rica biodiversidad, en el suelo tam-

bién podemos encontrar al ser vivo más grande del

que se tiene noticia, la seta de miel (

Armillaria osto-

yae

), que vive en las raíces de los árboles.Aunque

la parte aérea de este hongo es muy pequeña, sus

filamentos se extienden de tal manera que pueden

llegar a ocupar una superficie 10 km

2

. Son preci-

samente las redes de hifas que

extienden los hongos en el sue-

lo un elemento fundamental de

su estructura, ya que configu-

ran una suerte de “autopistas”

que utilizan las bacterias para

desplazarse.

Es mucho lo que nos queda

por conocer del suelo, y urge,

porque nunca ha estado tan

amenazado como ahora. No

hay que olvidar que es un recurso natural no re-

novable a escala humana, ya que un centímetro de

suelo puede tardar cientos de miles de años en

formarse a partir de la roca madre. Cuando el sue-

lo enferma también lo hacemos nosotros. Por eso

es tan importante evitar su degradación frenando

la erosión, que cada año se lleva 75.000 toneladas

de suelo, el agotamiento de nutrientes, la saliniza-

ción, la contaminación, la compactación y el sellado.

Cuando el daño producido en el suelo es irrever-

sible, lo único que nos queda es un paisaje estéril e

improductivo.

Aprovechemos este año, que ha sido declarado

Año Internacional de los Suelos, para reflexionar

sobre todo esto.

Carmen Martínez

“Aprovechemos 2015,

Año Internacional de los

Suelos, para reflexionar

sobre el papel crucial

que juegan para hacer

posible la vida”