8
n
atural
mente 6
ç sumariocionado tanto su bioquímica (con pigmentos
como las clorofilas y los carotenoides), su
anatomía y su arquitectura que pueden captar
este recurso de manera muy eficiente. En el
sotobosque de una selva tropical bien desa-
rrollada la radiación es extraordinariamente
baja, menos de dos órdenes de magnitud que
a pleno sol. Curiosamente, aunque nuestros
ojos se adapten y podamos ver bajo el dosel
de estos bosques, la radiación es de menor
intensidad que en una noche de luna llena.
¿Cómo logran las plantas que viven bajo el
dosel de bosques muy cerrados completar sus
ciclos vitales con una radiación tan baja?
Pues hay truco. La luz en el sotobosque no es
siempre mínima sino que hay momentos de ma-
yor intensidad, destellos de sol que alcanzan a
atravesar brevemente la cubierta vegetal. El do-
sel de cualquier bosque no es continuo, siempre
hay rendijas, hojas que se mueven, ramas que
se rompen, en definitiva, huecos por los que se
cuela el sol dando lugar a momentos puntuales
de luz solar directa que se suma a la luz indirec-
ta de las zonas bajas del bosque. Estos deste-
llos –
sunfleckes
, flecos de sol, para los ingleses–,
suponen el extra de radiación que necesitan las
plantas de estos entornos sombríos para hacer
la fotosíntesis y completar su ciclo vital, flore-
cer, crecer, reproducirse...
Otras estrategias para aprovechar la luz
Los organismos fotosintéticos en general y las
plantas en particular han desarrollado fascinantes
estrategias para aprovechar tanto la escasa luz di-
fusa del sotobosque, como la luz directa que apor-
tan estos destellos de sol cortos pero intensos.
Destellos de sol en un sotobosque mediterráneo en el Parque Natural de Los
Alcornocales / FernandoValladares
Sotobosque de un hayedo experimentando una germinación masiva de plántulas de haya
entre la hojarasca / FernandoValladares