3
n
atural
mente 11
ç sumario www.naturalmentemncn.orgLa vida convertida en humo
Con la misma cadencia con la que se pasan las
cuentas de un rosario se oyen los motores de
los aviones.Van en formación y en poco más de
diez minutos volverán cargados miles de litros
del agua del estanque más cercano. Igual que el
olor de incienso que inunda las iglesias, llega el
olor del humo, la madera quemada, los cuerpos
muertos de los animales…
Con más de 6 toneladas de peso extra los avio-
nes vuelven directamente al área que arde. Solo
el canto de las chicharras rompe el silencio que
queda tras el estruendo de su paso. Solo ellas ha-
blan durante los minutos de incertidumbre que
tardan los pilotos en lanzar una carga que les
obliga a realizar maniobras imposibles para man-
tener la estabilidad de su nave. Son los medios
aéreos que trabajan en la extinción de uno de
los cientos de incendios que cada verano asolan
la península. Junto a ellos trabajan los efectivos
de tierra, protección civil, a veces el ejército…
Con la misma monotonía de los rezos, cada
verano vemos imágenes de los retenes, de los
voluntarios, de los vecinos echando agua y tie-
rra para tratar de sofocar el infierno y oímos
las noticias que nos hablan de cifras, de miles de
hectáreas quemadas casi siempre intencionada-
mente.Y es que para muchos esta forma ances-
tral de quemar bosques para conseguir pastos (o
suelo urbanizable) sigue estando a la orden del
día. En muchas áreas rurales y pese a la normati-
va que existe al respecto, se sigue quemando en
lleno de especies vegetales y animales que quizá
nunca lleguemos a conocer porque se han con-
vertido en humo.
Por eso cuando un bosque se quema, se que-
ma un patrimonio irremplazable que pertenece
a la humanidad entera, un capital natural en for-
ma de especies y estrategias de conservación.
Quemarlo es perderlo y a quién el patrimonio
natural no le parezca suficientemente importan-
te, habrá que hacerle ver que perderlo equivale
a hacer arder miles de millones de euros
n
Xiomara Cantera
@xma_ft
“Cada año
se queman
bosques llenos
de especies
vegetales y
animales que
quizás nunca
lleguemos
a conocer
porque se han
convertido en
humo”
mal momento y, unas veces por accidente y otras
con premeditación, se terminan destruyendo jo-
yas de nuestra biodiversidad que difícilmente se
volverán a recuperar.
“Si no pasa nada, por ahí arriba solo hay mato-
jos y plantas pequeñas, además no nos dejan ni
mejorar las carreteras ni construir casas. No se
dan cuenta de que detrás de esta montaña hay
otra y otra más llenas todas de árboles”. Quien
así habla no es capaz de ver que ese paraje que
para él resulta infinito y prescindible es en rea-
lidad un hábitat único e irrepetible. Lo que con-
sidera como una extensión inmensa es solo un
bosque diminuto dentro del planeta. Un bosque
Un hidroavión suelta su carga de agua durante las labores de extinción de un incendio
forestal / Ministerio de Agricultura,Alimentación y Medio Ambiente
( MAGRAMA)