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naturalmente@mncn.csic.esDe todos estos ejemplares, posiblemente unos
40 pertenecieron al propio Gabinete Dávila o
bien entraron en la institución en los años en
que Dávila fue su director. Otras 13 proceden
del material recogido en Cuba por Antonio Pa-
rra, del que enseguida hablaremos.Todas figuran,
por tanto, entre las piezas más antiguas conser-
vadas en el MNCN.A su valor histórico y cientí-
fico -pues en el caso de los ejemplares de Parra
se trata de especies muy representativas de las
aguas del Caribe- se une el estético, aportado
tanto por la belleza de los propios ejemplares –a
pesar del deterioro de
algunos de ellos- como
por los aditamentos de
las peanas. Éstas son en
la mayoría de los casos,
sobre todo en las de
Parra, de madera tallada
y llevan incrustadas, a
modo de ornamentación,
toda una serie de orga-
nismos marinos, desde
conchas de moluscos
gasterópodos y, a veces, también de bivalvos, a
balanos y pequeños corales de tipo fungiforme o
meandriniforme. Sin duda, el resultado debió de
ser espectacular en la época y contribuiría en no
poca medida al gran éxito que el Real Gabinete
tuvo entre el público madrileño.
Las formas de estas esponjas son variadas.
Unas son grandes y tienen forma de barril o
de copa, como las del género
Cliona
o la espe-
cie
Xetospongia muta
. Otras son ramificadas, de
aspecto arborescente, como
Agelas sceptrum,
o
arbustivo, con aspecto de pequeñas matas, como
Hyattella cavernosa
o
Hippospongia lachne
. En al-
gunas las colonias tienen forma de embudo o
se componen de formaciones tubulares más o
menos estrechas. En un ejemplar de C
allyspongia
vaginalis,
especie típica del Caribe, las colonias
forman túbulos alargados, algunos muy altos, con
las paredes cruzadas por unas a modo de ner-
viaciones y una superficie externa de aspecto
espinoso. Otro ejemplar muy curioso, también
de Parra, pertenece a la especie
Callyspongia pli-
cifera
y muestra colonias
en forma de embudo o
acampanadas surcadas
por llamativos pliegues.
Muchas de estas espon-
jas se acercan o sobre-
pasan el medio metro de
altura. Buena parte de
todos estos ejemplares
fueron identificados en
2003 por examen de las
espículas por los espe-
cialistas holandeses van Soest y Erpenbeck.
De Antonio Parra se tienen pocos datos bio-
gráficos. Se sabe que era portugués y había na-
cido en 1739 en Tavira, en la región del Algarve.
Se estableció en La Habana alrededor de 1763
y allí comenzó a reunir una colección de “pro-
ducciones marinas” de Cuba que al principio
incluía sobre todo ictiofauna. Enterado Dávila
de esta ocupación de Parra le envió una carta
el 3 de septiembre de 1778, de la cual tenemos
constancia por el acuse de recibo de la misma
que su destinatario hizo en su contestación des-
de La Habana en marzo de 1779. Por esa carta
sabemos que Dávila le instó a recoger también
Ejemplar en forma de copa de la especie
Xetospon-
gia muta
. Corresponde a la pieza catalogada como
MNCN1.01/324. De ella hace Parra una exhaustiva
descripción en su libro. / Servicio de fotografía del
MNCN
“Muchos naturalistas ponían
en duda la naturaleza animal
de estos organismos por
su aparente inmovilidad
y el carácter pasivo que
presentaban en todos los
aspectos.”