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n
atural
mente
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ç sumario www.naturalmentemncn.orgPara recibir
un correo electrónico cuando salga el próximo númeroo
darnos tu opinión escríbenos a
naturalmente@mncn.csic.esNo cabe ninguna duda de que el descalificativo
de ‘parásito’ se alza como permanente protago-
nista dentro del conjunto de diatribas con las que
acostumbramos a censurar el comportamiento
utilizado por algunos individuos para prosperar
dentro de la sociedad. Deslumbrada e inflamada
nuestra razón por el extraordinario descaro con
el que estos tipos actúan, solemos pasar por alto
el enorme mérito que atesora vivir a expensas de
otros individuos, y las gigantescas dosis de imagi-
nación que hay que echarle para poder subsistir
sin pegar un solo palo al agua.
Del mismo modo, dejando a un lado el limitado
contexto de las sociedades humanas, es cierto que
pulgas, piojos, garrapatas o mosquitos son anima-
les molestos y amenazantes que, alimentándose
de nuestra sangre, propagan una multitud de pe-
ligrosas enfermedades. Mas tampoco, aunque con
frecuencia ocultas bajo la densa calígine formada
por la repulsión y el profundo rechazo que nos
producen estos oportunistas, soy capaz de conce-
“
Leucochloridium
paradoxum
toma el
cuerpo de los caracoles,
los deja ciegos y utiliza
sus tentáculos para hacer
señales al depredador que le
debe cobijar”
bir estrategias de adaptación a las condiciones del
medio tan inverosímiles e imaginativas como las
implementadas por la enorme multitud de orga-
nismos que se han agarrado al parasitismo como
estrategia vital en la perpetua lucha por la existen-
cia. Es cierto que la naturaleza nos sorprende con
cientos, miles de increíbles adaptaciones, pero no
es menos evidente que en este campo los pará-
sitos son los dominadores absolutos. En realidad
no les queda otra alternativa, si quieren vivir a ex-
pensas de otro organismo no hay otra opción que
la de echarle mucha, pero que mucha imaginación
para engatusar a una víctima.
Para ser conscientes de la creatividad que la
selección natural ha otorgado a los parásitos tan
solo tenéis que intentar meteros en la fina y vis-
cosa piel de un pequeño y hambriento gusano que
ha establecido su hogar en el intestino de las aves;
y cuyo alimento lo constituyen los excrementos
que debe ingerir, bien calentitos, directamente en
la cloaca de un gorrión o de un arrendajo. Imagi-
nad, además, que para colmo tenéis la mala suerte
de nacer dentro de unos huevos que han sido
arrojados sin ningún miramiento al suelo. ¿Cómo
os las arreglaríais para alcanzar las entrañas de un
animal alado que debe ser vuestro hogar?
Bueno, pues el trematodo
Leucochloridium pa-
radoxum
ha desarrollado una peculiar estrategia
para cazar un lindo pajarito dentro del cual vivir
cómodamente… ¡disfrazarse de caracol!
L. paradoxum
es un parásito obligado, lo que
significa que debe desarrollarse invariablemente
dentro de un organismo que lo cobije; y única-
mente en forma de huevo inmaduro es capaz de
vivir alejado de la protección de un hospedador.
Precisamente es en este estado, miserablemente
rodeado de excrementos de ave, como sus pro-
genitores lo arrojaron al frío mundo exterior, con
la esperanza puesta en que un necesitado caracol
termine por alimentarse de las hierbas impreg-
nadas con los óvulos fecundados del gusano. Si
hay suerte y el destino es generoso, una vez den-
tro del cuerpo del gasterópodo los huevos del
Imagen
1. Esporocistos
de
L. paradoxum
en el interior de las antenas de un caracol. / Gilles San Martín