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n

atural

mente

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ç sumario www.naturalmentemncn.org

Para recibir

un correo electrónico cuando salga el próximo número

o

darnos tu opinión escríbenos a

naturalmente@mncn.csic.es

do

Dicrocoelium dentricum

. Se trata de un trema-

todo de entre 6 y 10 mm de longitud que tiene

boca pero carece de ano y cuyos huevos se en-

cuentran invariablemente en el suelo; demasiado

alejados del hígado de vacas, cabras y ovejas don-

de los gusanos adultos pasan confortablemente

sus días tirados a la bartola.

moso personajillo de las revistas del corazón se

tratara, las hormigas poseídas por las crías de

D.

dentricum

se muestran totalmente confundidas al

caer la noche.Tan despistadas están que se dedi-

can a trepar irreflexivamente por las briznas de

hierba hasta alcanzar su ápice y morderlo fuer-

temente. Allí, como aceitunas ensartadas en un

palillo, esperarán hasta el amanecer, momento en

el que los herbívoros forrajean. Con un poco de

suerte, buena para el parásito y funesta para el

insecto, una vaca se las comerá junto al pasto, y

las larvas de

D. dentricum

por fin llegarán al híga-

do del animal. Si no hay suerte, ¡no pasa nada!,

las hormigas se retiran a su hormiguero duran-

te las horas de más calor, cuando los herbívoros

descansan, para retomar tan excéntrico ritual una

vez llegada la noche.

Hormiga, infectada por el parásito

Dicrocoelium den-

tricum

, enganchada al ápice de una brizna de hierba. /

Larisa Zundukova

“El ‘manipulador de

mentes’ por excelencia es

Dicrocoelium dentricum

un gusano cuyos huevos se

encuentran en el suelo, lejos

del hígado de vacas, cabras

y ovejas donde viven los

gusanos”

Con la finalidad de alcanzar esa especie de pa-

raíso gusanil localizado en las tripas de un herbí-

voro,

D. dentricum

es capaz de utilizar a dos hos-

pedadores intermedios: un caracol y una hormiga.

Los caracoles ingieren los huevos del parásito

de forma accidental mientras se alimentan entre

el espesor de la maleza; y es en su interior don-

de eclosionan engendrando unas minúsculas y

molestas larvas. Tan fastidiosos son los retoños

del trematodo para los caracoles que éstos los

liberan al exterior envueltos en una espesa mu-

cosidad.Y resulta que lo que para algunos puede

parecer una asquerosidad, para otros, y no me

refiero a las crías humanas dedicadas en cuerpo

y alma a hurgarse la nariz, se muestra como una

delicia: las hormigas devoran con deleite las pelo-

tillas rellenas de larvas que han sido expulsadas

por un caracol infectado.

Una vez en el interior de la hormiga, algunas

de las larvas del gusano se van a dirigir al sistema

nervioso central del insecto, induciendo en él un

curiosísimo comportamiento. Como si de un fa-

Parásito del género

Dicrocoelium

visto a través del mi-

croscopio óptico.