NaturalMente 43

La revista del Museo Nacional de Ciencias Naturales  Accede a todos los números Suscríbete  NÚMERO 43 Septiembre 2024

2 3 Investigación para cuidar nuestros ríos El ciclo del agua es esencial para la vida en el planeta y en este ciclo son fundamentales los océanos (ver NaturalMente 42), así como los ríos, lagos y acuíferos subterráneos. El agua dulce es vital para las poblaciones humanas, estando los grandes ríos asociados históricamente al nacimiento y prosperidad de las civilizaciones. Es precisamente esta dependencia la que ha amplificado el impacto negativo del hombre sobre estos ecosistemas, que a nivel global presentan altos niveles de degradación viéndose su funcionamiento seriamente afectado. Al deterioro de las riberas fluviales, los vertidos incontrolados y las obras hidráulicas mal planificadas, se unen en la actualidad los efectos del cambio climático que provocan cada vez más frecuentemente, tanto desecaciones prolongadas de los cauces como avenidas debido a precipitaciones torrenciales, ambos fenómenos particularmente acuciantes en climas mediterráneos. La Directiva Marco del Agua de la Unión Europea entró en vigor en el año 2000 con el objetivo de mejorar la gestión de los recursos hídricos y en la actualidad, impulsar la restauración de los ecosistemas dulceacuícolas. Ello incluye, el control de vertidos, la programación ordenada de las obras hidráulicas, la conservación de los cauces y riberas y el establecimiento de caudales ecológicos, entre otras acciones. Para poder llevar a cabo estas intervenciones es necesario realizar investigaciones encaminadas a entender las dinámicas de los ríos y conocer su biodiversidad en un contexto de crisis medioambiental. En este número de NaturalMente se presentan diversos artículos que describen proyectos actuales del MNCN relacionados con los ríos, desde el estudio de la geomorfología de sus cauces, al conocimiento de la fauna ictiológica y el control de especies invasoras. Rafael Zardoya San Sebastián Director del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete Revista digital del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) C/ José Gutiérrez Abascal, 2 28006, Madrid ISSN: 2341-2798 NIPO: 155-24-169-3 naturalmente@mncn.csic.es Directora: Cantera Arranz, Xiomara Consejo editorial: Cánovas, Cristina Cazcarra, José María Fernández Lara, Marta Templado, José Diseño y maquetación: Alfonso Nombela En este número han colaborado: Alfonso López Anabel Perdíces Ángel Garvía Asier Murga Azucena López Barbora Thumsová Carmen Guerrero Diana Ríos Elisa Mora Enrique Medianero Fernando García Gerardo Benito Ignacio Doadrio Javier de Andrés Javier Díaz Jose Luis Nieves-Aldrey Lola Bragado Lourdes Alcaraz Luis Barrera Mar Jambou Pilar López Pilar Rabanaque Raquel Iglesias Silvia Perea Soraya Peña Tania Gallego El consejo editorial de NaturalMente no se hace responsable de las opiniones expresadas por sus colaboradores. NÚMERO 43 Septiembre 2024 Copyright: © 2019 CSIC. Esta es una revista de acceso abierto distribuido bajo los términos de la licencia de uso y distribución Creative Commons Reconocimiento 4.0 Internacional (CC BY 4.0). Se permite copiar, distribuir, exhibir y representar la obra así como hacer obras derivadas siempre y cuando el resultado no se utilice con fines comerciales, se reconozca la autoría y se mantenga la licencia Creative Commons. 4 El futuro de nuestros ríos. Restauración fluvial del Manzanares 10 Especies invasoras acuáticas en la península ibérica 18 La conservación de los ríos más allá de la ecología: Sedimentos y dinámica geomorfológica 25 Pieza del mes 28 Ballenas en el MNCN 31 XI edición de Illustraciencia 34 Emociones en peligro 36 Breves de investigación 42 Valdeca, mucho más que un taxónomo Imagen aérea de la rambla de la Viuda (Castellón), un río efímero cuya geomorfología evoluciona a partir de las grandes aportaciones de agua y sedimento producidas después de episodios de lluvia intensa / Mikel Calle 46 Mosquito Alert. Una década de ciencia ciudadana 50 ¿Qué es un pez? Una visión actualizada de la taxonomía de los peces 60 Un acuario biotopo para el piscardo Phoxinus bigerri 68 Tesis del MNCN 71 Naturaleza entre líneas: Dos autoras, dos formas de conectar con la naturaleza 76 Libros Mentes curiosas Curiosas mentes 78 Naturaka. Pequeños habitantes de agua dulce

A mediados del siglo XX, el Manzanares era un ecosistema fluvial severamente dañado. Con nueve presas para evitar su desecación estival, se había convertido en un canal de aguas residuales Silvia Perea Alfonso López Lourdes Alcaraz Ignacio Doadrio La restauración fluvial es una prioridad dentro de las políticas europeas, especialmente en el marco de la Estrategia de la UE sobre Biodiversidad para 2030, que propone recuperar al menos 25.000 km de ríos para devolverles su flujo natural. Este enfoque no solo pretende restaurar la conectividad ecológica, sino también revalorizar los servicios ecosistémicos que nos proporcionan los ríos: suministro de agua, hábitat para fauna y flora, regulación climática, control de inundaciones o su valor estético y cultural. En España, el proyecto AMBER ha recopilado casi 30.000 obstáculos al agua, aunque se estima que la cifra podría llegar hasta los 170.000. No se trata únicamente de las grandes presas que todos tenemos en mente, sino también de pequeños elementos como azudes, antiguos molinos, represas para piscinas naturales o minicentrales hidroeléctricas. Muchos de estos elementos están actualmente en desuso y su identificación para su posible eliminación o modificación se ha convertido en una prioridad crucial. En respuesta a estos desafíos, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha desarrollado la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (2023-2030). Sin embargo, no deben perderse de vista otros impactos alarmantes que están degradando los ecosistemas fluviales a un ritmo creciente, como los vertidos de residuos urbanos y agrícolas, o la presencia de especies exóticas invasoras. Los contaminantes pueden tener efectos significativos en la fauna acuática, incluyendo alteraciones en el desarrollo, la reproducción y el comportamiento de los organismos. Además, estos contaminantes pueden acumularse en la cadena alimentaria, poniendo en riesgo la viabilidad de las comunidades de peces y otros organismos acuáticos. La proliferación de especies exóticas invasoras ha experimentado en las últimas décadas una expansión prácticamente incontrolable en la península ibérica, poniendo en serio peligro la integridad de la fauna acuática nativa. Esto no solo se debe a la competencia directa por el hábitat y los recursos o la depredación, sino también a que estas especies exóticas actúan como importantes vectores de parásitos y enfermedades a los que el sistema inmune de las especies nativas no está adaptado. Imagen de uno de los tramos urbanos del Río Manzanares / Alfonso López Solano 5 4 Suscríbete 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números El FUTURO de nuestros ríos Restauración fluvial del Manzanares Ante la gravedad de la crisis ambiental que nos rodea, es fácil caer en el desaliento y pensar que no se puede hacer nada para mejorar la situación. Sin embargo, iniciativas como la restauración del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid demuestran que, no solo se pueden desarrollar iniciativas para mejorar la situación ambiental, sino que cuando se toman, las cosas mejoran mucho.

En el tramo urbano del Manzanares pueden observarse islas formadas por los procesos naturales de sedimentación donde se está desarrollando vegetación de ribera 6 7 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete va ha sido reemplazada por una fauna exótica, mejor adaptada a hábitats tan alterados. Entre las cinco familias de peces nativos citados en el Manzanares, se encuentran nueve especies: la colmilleja (Cobitis paludica) de la familia Cobitidae; el barbo común (Luciobarbus bocagei) y el barbo comizo (Luciobarbus comizo) de la familia Cyprinidae; la bermejuela (Achondrostoma arcasii), la boga de río (Pseudochondrostoma polylepis), el calandino (Squalius alburnoides) y el cacho (Squalius pyrenaicus) de la familia Leuciscidae; la trucha común (Salmo trutta) de la familia Salmonidae; y, por último, la anguila (Anguilla anguilla) de la familia Anguillidae. Algunas de estas especies presentaban poblaciones abundantes en los años 70 y 80, antes de las grandes alteraciones sufridas por el río, tanto por la transformación del cauce a su paso por la ciudad de Madrid como por la construcción de la presa del Pardo en los años 70. En el Manzanares era común, por ejemplo, la presencia de anguila y probablemente de barbo comizo. Desde entonces, la detección de especies autóctonas fue decreciendo hasta el punto de quedar reducidas a dos o tres especies nativas. El caso del río Manzanares El río Manzanares pertenece a la cuenca hidrográfica del Tajo y constituye la principal arteria fluvial de la ciudad de Madrid. Este río es un claro ejemplo de un hábitat fluvial que necesita ser restaurado. Nace en el Ventisquero de la Condesa, en la sierra de Guadarrama a 2.160 metros de altura, y su curso ha jugado un papel fundamental en la historia de la ciudad. Desde tiempos prehistóricos, sus aguas han sido una fuente de vida para los habitantes de la región. Durante la Edad Media, el río delimitaba los confines de la ciudad y, más tarde, en la época de los Austrias, se construyeron puentes y se acondicionaron sus márgenes como parte de los esfuerzos por engrandecer la capital del imperio español. Por tanto, a lo largo de los siglos, este río ha sido testigo del crecimiento y transformación de este enclave urbano, pero también ha sufrido los efectos negativos de una urbanización descontrolada: la fuerte contaminación y la alteración de su ciclo hidromorfológico natural. Ictiofauna del río Manzanares Los afluentes de la cuenca del Tajo que discurren por la Comunidad de Madrid como el Manzanares, históricamente han albergado especies nativas adaptadas a su entorno fluvial, es decir, a las fluctuaciones de temperatura y precipitaciones típicas de regiones como la península ibérica, bajo un régimen de clima Mediterráneo. En estas condiciones climáticas, el cauce del río durante los meses de verano se reduce llegando en algunos casos a constituir apenas un arroyo o incluso interrumpiéndose su caudal constituyendo una sucesión de tablas desconectadas entre sí. Debido a los múltiples factores de amenaza ya mencionados, las poblaciones nativas de peces de los ríos madrileños han sufrido un fuerte declive, donde, además, esta fauna natiDe arriba a abajo: colmilleja (Cobitis paludica) y cacho (Squalius pyrenaicus) / Ignacio Doadrio Proyectos de restauración del río Manzanares Los grandes problemas para el río Manzanares comenzaron en 1924 cuando fue canalizado a su paso por la ciudad de Madrid. Desde entonces, ha experimentado diversas regulaciones que alteraron notablemente su cauce y caudal naturales, impactando sobre todo en la viabilidad de las poblaciones de peces y otros organismos asociados al medio acuático. Con el paso del tiempo, el Manzanares se fue degradando. La construcción de presas y encauzamiento de sus aguas alteraron su dinámica natural, y la creciente urbanización de Madrid resultó en una contaminación significativa del río. A mediados del siglo XX, el Manzanares contaba con nueve presas con el fin de acumular agua y evitar su desecación estival, siendo poco más que un canal de aguas residuales, con un ecosistema fluvial severamente dañado. A pesar de las importantes inversiones y esfuerzos dedicados a la depuración de sus aguas, continúan introduciéndose contaminantes y disruptores endocrinos de diferente origen y difíciles de eliminar. Además, se ha observado desde los años 90 una clara expansión de las especies exóticas, coincidiendo con la modificación del régimen hidrológico natural del río. Es el caso del alburno (Alburnus alburnus), el percasol (Lepomis gibbosus), la gambusia (Gambusia holbrooki), el lucio (Esox lucius), el pez rojo (Carassius auratus) o el pez gato (Ameiurus melas). A pesar de este escenario desalentador, a partir del 2016 el Ayuntamiento de Madrid, con la colaboración de Ecologistas en Acción, desarrolló un ambicioso proyecto de restauración fluvial: el Plan de Naturalización y Restauración ambiental del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid. Este Plan tenía como objetivo devolver al río su vitalidad ecológica y mejorar su integración con el entorno urbano. Una vez ejecutado, este proyecto ha desembocado en resultados muy positivos, enfocándose principalmente en la recuperación y regeneración del hábitat a su paso por la ciudad mediante la apertura de las presas en el tramo urbano, para recuperar los procesos hidromorfológicos naturales del río y mejorar la conectividad fluvial, así como aliviar la intensa presión antrópica que sufre el Manzanares. Ese fue el primer paso para la renaturalización del río y la recuperación de su función como corredor ecológico. En la actualidad, en el tramo urbano del Manzanares pueden observarse islas centrales donde se está desarrollando vegetación de ribera y barras formadas por la acumulación de arenas provenientes de procesos naturales de sedimentación.

El éxito del plan de Renaturalización del río Manzanares demuestra que es posible revertir la degradación ambiental y recuperar la biodiversidad perdida 8 9 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete El río Manzanares a su paso por el Real Sitio de El Pardo también ha sido objeto de un proyecto de restauración coordinado por la Dirección General del Agua y la Confederación Hidrográfica del Tajo, con el objetivo de lograr su recuperación ambiental en dicha zona. Este proyecto, que sigue en proceso, busca mejorar el estado ecológico del río para mitigar los efectos del Cambio Climático y favorecer una conectividad fluvial efectiva entre la zona urbana de Madrid y su periferia, a fin de consolidar un corredor ambiental a lo largo de todo el cauce del río. Recuperación de la fauna nativa de peces del río Manzanares Una vez restaurado el hábitat el siguiente paso debe centrarse en la recuperación de las poblaciones naturales de la fauna que históricamente habitaba en el Manzanares, tanto de vertebrados como invertebrados. En algunos casos, especialmente aquellas especies que tienen dispersión activa, como aves o insectos, la colonización del Manzanares ha sido gradual a medida que el hábitat se ha adecuado para estas especies. Por el contrario, otros organismos como los peces de agua dulce necesitan medidas de conservación adicionales para que su recuperación en el Manzanares sea factible, ya que la movilidad de estas especies hacia otras cuencas hidrográficas está condicionada por su biogeografía. Es decir, son especies confinadas a sus ríos específicos, cuyos procesos evolutivos están asociados a factores geológicos y climáticos de configuración de las cuencas fluviales. Por lo tanto, una vez extintas sus poblaciones, es muy difícil que vuelvan a recolonizar esas áreas de forma natural. De esta forma, también a propuesta del Ayuntamiento de Madrid y en colaboración con Consultores en Biología de la Conservación (CBC), se han llevado a cabo actuaciones encaminadas a reforzar las poblaciones naturales de cuatro especies de peces nativas, probablemente desaparecidas en el río hoy día, en varias localidades de la zona urbana y periurbana del Manzanares. Estas cuatro especies son la bermejuela, la boga, el cacho y la colmilleja. El Museo Nacional de Ciencias Naturales - CSIC participa de la mano de Ignacio Doadrio, Silvia Perea, Lourdes Alcaraz y Alfonso López en la evaluación del éxito de estas acciones de refuerzo mediante análisis del ADN ambiental presente en el agua, una técnica novedosa que recoge el material geDe arriba a abajo: boga de río (Pseudochondrostoma polylepis) y bermejuela (Achondrostoma arcasii) / Ignacio Doadrio nético liberado al medio por los diferentes organismos a través de heces, sangre, tejido, escamas desprendidas o gametos durante el periodo reproductivo. Tras el procesado de las muestras en el laboratorio es posible identificar y diferenciar taxonómicamente las distintas especies presentes en el medio. Esto convierte esta técnica en un método no invasivo y muy eficaz para monitorizar los organismos acuáticos. Los resultados obtenidos en este primer año de análisis han mostrado que la ictiofauna del río Manzanares a su paso por Madrid está compuesta por once taxones, de los cuales cuatro son nativos de la fauna ibérica y siete son exóticos. Los taxones nativos identificados fueron la bermejuela, el barbo común y un tercer taxón que pertenece o bien al cacho o al calandino. En este caso no se ha podido concretar la especie ya que ambas especies pertenecientes al género Squalius comparten ADN mitocondrial. Además, se detectó la presencia del gobio, una especie no originaria de la cuenca del Tajo, traslocada desde los ríos del norte de España a principios de los 80s. Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos de repoblación y de que fue una de las especies más comunes en la zona de Mingorrubio y El Pardo durante los años 80 (ver Colección de Ictiología del MNCN), la colmilleja parece estar actualmente extinta en el Manzanares. Paralelamente, el número de especies exóticas detectadas fue elevado, presentando algunas de ellas como el alburno, el percasol y la gambusia, abundancias relativas muy altas. Mientras que la presencia de otras especies exóticas como el pez gato, el lucio o la pseudorasbora (Pseudorasbora parva) es más limitada. Conclusiones Las acciones de restauración fluvial y la repoblación de especies nativas son esenciales para recuperar los ecosistemas acuáticos. Sin embargo, estos esfuerzos deben ir acompañados de una mejora continua en la calidad del agua y del entorno fluvial. El éxito del Plan de Renaturalización del río Manzanares demuestra que es posible revertir la degradación ambiental y recuperar la biodiversidad perdida. Continuar en esta línea de actuación, con un enfoque integrado que aborde tanto la restauración del hábitat como la calidad del agua, asignatura todavía pendiente, es fundamental para garantizar la viabilidad a largo plazo de nuestros ríos y los servicios ecosistémicos que nos ofrecen  De izquierda a derecha: toma de muestra de agua; laboratorio para análisis de ADN ambiental y centro de cría en cautividad / Alfonso López Solano

Anabel Perdices En la actualidad, y de forma general, la probabilidad de pescar en un río ibérico un pez de una especie invasora es la misma que la de pescar una especie nativa Muestreo de pesca eléctrica para capturar peces Especies invasoras acuáticas en la península ibérica La lucha silenciosa. Pérdida de diversidad nativa por hibridación con especies invasoras Afortunadamente la sociedad se muestra cada vez más consciente de la trascendencia que tiene la expansión de las especies invasoras tanto para la naturaleza como para nuestro día a día. La precaución es la mejor herramienta para evitar la entrada de las especies invasoras ya que una vez establecidas generan problemas como el fallo de infraestructuras o la disponibilidad de recursos, siendo el coste de su erradicación o control extremadamente elevado.. La situación es especialmente grave en el caso de los ecosistemas acuáticos donde a menudo nos percatamos de su presencia muy tarde. Proyectos como LIFE INVASAQUA o HYBRIDIAS tratan de poner freno a estas situaciones partiendo de la investigación científica. A escala global, una de las principales causas de pérdida de diversidad nativa y de alteración de los ecosistemas acuáticos es la presencia en ellos de especies exóticas invasoras. Estas especies han sido introducidas fuera de su área de distribución natural por la acción humana, de forma voluntaria o no, y producen graves daños en los ecosistemas. En los últimos años, las especies invasoras se han multiplicado de forma alarmante en los ecosistemas acuáticos y los ecosistemas de la península ibérica no escapan a esta tendencia. En las aguas de los ríos ibéricos se acumulan más de 200 especies invasoras ya establecidas, aumentando hasta 272 las especies potencialmente invasoras según los dos listados (1 y 2) sobre especies acuáticas invasoras (Oliva-Paterna et al., 2021 a, b). Más de la mitad de estas especies pertenece al grupo de los invertebrados (57,5%) destacando entre ellos los cangrejos y moluscos, seguidos por el grupo de las plantas, hongos y macroalgas (22%) y por el de los vertebrados (20.5%), distinguiéndose aquí el grupo de los peces (16%). En la actualidad, y de forma general, la probabilidad de pescar en un río ibérico un pez de una especie invasora es la misma que la de pescar una especie nativa. Esta situación es dramática en el caso de España y Portugal ya que las especies de peces presentes en nuestros territorios son mayoritariamente exclusivas o endémicas, no pudiéndose encontrar en ningún otro ecosistema acuático del mundo. Además, el 93% de esta riqueza exclusiva se encuentra clasificada en alguna categoría de amenaza. La forma de introducción y las vías de entrada de las especies invasoras a los ecosistemas naturales es muy heterogénea y puede ser tanto de manera deliberada, como el caso de muchas de las especies con interés para la pesca deportiva, como por ejemplo el siluro o algunos salmónidos, o de forma accidental. Sin embargo, estas vías de entrada siempre están relacionadas con la actividad humana y se refieren a diferentes sectores económicos como la pesca, jardinería, animales de compañía o mascotas, turismo y comercio, entre otras. Durante la segunda mitad del siglo XX los ecosistemas acuáticos ibéricos sufrieron una gran transformación debido a la demanda 10 11 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

En la lista negra y de alerta elaborada en el proyecto LIFE INVASAQUA, el alburno aparece dentro del top 24 de las especies invasoras de la península ibérica. HYBRIDIAS ayudará a conocer en profundidad a esta especie y preservar la biodiversidad de las especies nativas A lo largo de todo el artículo se muestran imágenes de especies autóctonas de los ríos ibéricos. Las imágenes pertenecen a la exposición LIFE INVASAQUA que se expuso en el MNCN en 2020 Clasificación de los peces nativos de la península ibérica según su grado de amenaza basada en los criterios y categorías de la Lista Roja UICN, proporción de especies de peces nativas frente a especies invasoras y principales grupos de especies invasoras / Exposición ¡Cuidado! Invasoras acuáticas, LIFE INVASAQUA LIFE17 GIE/ES/000515, MNCN-CSIC. cada vez mayor de los recursos hídricos, tanto para la industria como para la agricultura o el uso doméstico, lo que llevó a la construcción de numerosos embalses, a la extracción del agua y a la contaminación de muchos cauces. Esta situación provocó la alteración de los ecosistemas acuáticos, modificando sus condiciones naturales y convirtiéndolos en ecosistemas alterados muy susceptibles de albergar especies invasoras que se establecieron con facilidad y de los que fueron eliminadas las especies nativas. Así, hace unos 30 años, se introdujo en España el alburno (Alburnus alburnus), especie originaria de los ríos centroeuropeos y ausente de los ríos ibéricos. Se trata de una especie perteneciente al grupo de los ciprínidos, grupo que destaca por el alto número de géneros exclusivos de la península ibérica, pero emparentados filogenéticamente con los grupos de ciprínidos europeos. El objetivo de esta introducción ilegal fue el uso del alburno como alimento o pez pasto de otras especies invasoras con interés en pesca deportiva, especies principalmente depredadoras. La singularidad y el éxito del alburno frente a otras especies invasoras radica en que presenta una exitosa estrategia reproductiva y una alta plasticidad ecológica lo que la convierte en una especie muy prolífica con posibilidad de ocupar un amplio rango de hábitats. Igualmente, el alburno constituye un paradig12 13 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

Ejemplar de alburno colectado en el río Manzanares. Esta especie está ampliamente distribuida por la península ibérica. Durante la segunda mitad del siglo XX los ecosistemas acuáticos ibéricos sufrieron una gran transformación que facilitó el establecimiento de especies invasoras que fueron eliminando a las nativas ma de problema emergente al presentar un alto potencial de hibridación con las especies de ciprínidos con los que se encuentra emparentado. Además, el cruce repetido de los híbridos con los parentales produce un proceso evolutivo denominado introgresión genética, mediante el cual los genes del alburno se incluyen en el acervo genético de las especies nativas. Esta situación conlleva graves consecuencias biológicas negativas al diluir la identidad genética de las especies nativas. Esta facilidad de hibridación se ve aumentada con la gran estacionalidad y fluctuación de los caudales de los ríos ibéricos, donde de forma natural durante los períodos de sequía muchos ríos quedan reducidos a pozas y donde muchas especies entran en contacto. Este alto potencial de hibridación podría darse con especies como el jarabugo o Anaecypris hispanica, especie exclusiva de algunos ríos ibéricos y que está clasificada como En Peligro, paso anterior a la extinción, por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Además, esta situación se verá potenciada por el cambio global y hará que las especies nativas e invasoras puedan coincidir durante períodos cada vez más largos aumentando así las posibilidades de hibridación e introgresión genética. El proyecto HYBRIDIAS Por ello, en los próximos años en diferentes universidades y centros de investigación como el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) se va a desarrollar el proyecto HYBRIDIAS (PID2023-147743NB-I00). Utilizando una perspectiva genética, morfológica y ecológica, HYBRIDIAS abordará el análisis de la hibridación e introgresión genética del alburno con especies nativas de peces listadas con diferentes grados de amenaza de extinción según la Lista Roja de la UICN. Este proyecto se encuadra dentro de los objetivos ambientales clave en la Estrategia de Biodiversidad 2030, como son la protección y restablecimiento de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. El análisis de los sistemas híbridos entre especies invasoras y nativas sometidos a condiciones ambientales extremas aportará datos de especial relevancia sobre la formación y mantenimiento de los complejos híbridos entre diferentes géneros de peces. En la actualidad, la concienciación de la sociedad sobre la protección de la biodiversidad nativa y los ecosistemas naturales ha aumentado gracias en parte a la transferencia del conocimiento y a la comunicación sobre las consecuencias negativas de las especies invasoras. La percepción actual mayoritaria en torno a estas especies es la de que suponen un grave problema con consecuencias negativas sobre la biodiversidad y que lleva asociado un coste socioeconómico elevado. Así, la pérdida de algunos servicios ecosistémicos de los medios acuáticos como la pesca, la navegación o el uso recreativo de los ríos ha hecho que la sociedad y los sectores involucrados tomen conciencia más rápidamente sobre esta problemática. El proyecto LIFE INVASAQUA En los últimos años, se han desarrollado diferentes iniciativas para la sensibilización y prevención sobre las especies invasoras de agua dulce de la península ibérica. Una de ellas, ha sido el proyecto LIFE INVASAQUA que entre 2018 y 2023 realizó acciones de gobernanza ambiental, acciones formativas y campañas de comunicación. Financiado por la Unión Europea y coordinado por la Universidad de Murcia (UMU) el proyecto ha reunido a un equipo multidisciplinar de 8 socios de España y Portugal pertenecientes a los sectores de educación, investigación, conservación, divulgación, educación ambiental, agencias de 14 15 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

El proyecto HYBRIDIAS abordará el análisis de la hibridación e introgresión genética del alburno con especies nativas de peces listadas con diferentes grados de amenaza de extinción noticias y sociedades científicas. Entre otras actividades, el proyecto LIFE INVASAQUA ha realizado más de 571 eventos y talleres/cursos de formación en los que han colaborado más de 2.900 personas destacando la participación de los agentes de vigilancia y el sector educativo, ha generado más de 600 noticias, reportajes, artículos científicos y de divulgación, así como informes técnicos. Entre estos documentos técnicos destaca la actualización de las Listas de especies exóticas acuáticas de la península ibérica, así como el listado de las especies potencialmente invasoras en la que han participado más de 60 expertos. En ellas se han listado más de 200 especies invasoras establecidas y se han detectado 272 especies potencialmente invasoras. Estos documentos han sido la base para la elaboración de la lista negra y la lista de alerta, documentos que servirán de base científica a los gestores de las diferentes administraciones para la aplicación y revisión de la regulación europea y nacional. Todas las actividades realizadas dentro del proyecto LIFE INVASAQUA lo han convertido en finalista de los premios Red Natura 2000 en el año 2023. En esta lista negra y de alerta elaborada en el proyecto LIFE INVASAQUA, el alburno aparece dentro del top 24 de las especies invasoras de la península ibérica con un alto riesgo de impacto en los ríos ibéricos. El alburno se encuentra también incluido en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, así como en la Lista Nacional de Especies Invasoras de Portugal por lo que presenta una prioridad de gestión. Por todo ello, en los próximos años, la aproximación multidisciplinar del proyecto HYBRIDIAS -utilizando datos morfológicos, ecológicos y genéticos- sobre el alburno, ayudará a conocer en profundidad a esta especie y la formación de sus complejos híbridos con especies nativas. Este conocimiento será fundamental para diseñar medidas de control para el alburno y para preservar la biodiversidd de las especies nativas de los ríos ibéricos  16 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números

Un tramo de la rambla de la Viuda, en Castellon. Este es un buen ejemplo de río no permanente que puede pasar de estar seco a arrastrar grandes cantidades de agua en pocas horas La tendencia a pensar que la presencia de árboles y vegetación es sinónimo de buen estado de la naturaleza es una simplificación de la complejidad que nos regala el mundo natural que influye en el resultado final de nuestras acciones. Así, a menudo olvidamos la importancia que tienen las dinámicas geomorfológicas en la salud de los ecosistemas. Esto es especialmente llamativo en el caso de los ríos, donde a menudo olvidamos la importancia que tienen los sedimentos y la dinámica geomorfológica para sustentar la red ecológica que los rodea. Hemos olvidado el papel fundamental de los ríos, ya sean de flujo permanente o efímero, que no es otro que la circulación del agua, el transporte de sedimento y nutrientes, y la renovación y conexión de los sistemas físicos, acuáticos y riparios La conservación de los ríos más allá de la ecología Sedimentos y dinámica geomorfológica Los ríos son sistemas naturales de gran dinamismo cuya función principal es el transporte de agua, sedimento, nutrientes y seres vivos. Sirven de unión entre las montañas y tierras bajas, formando corredores fluviales de gran valor ecológico y paisajístico y que, durante siglos, han influenciado nuestros valores culturales y socio-económicos. A lo largo de los últimos siglos los ríos han sido modificados respecto a sus condiciones naturales. Estas alteraciones se han acelerado en las últimas décadas como consecuencia de los cambios de uso del suelo, la urbanización, los usos agrícolas o la modificación en régimen de caudales. Numerosos estudios científicos han alertado sobre la presencia y la gravedad de estos impactos ambientales, aunque solo recientemente han calado en la percepción pública y en los programas gubernamentales. Este reconocimiento ha incrementado la necesidad de proteger y restaurar los corredores fluviales. Esta idea de “proteger y restaurar nuestros ríos” evoca una imagen fija donde el flujo de agua atraviesa una densa vegetación de ribera. Sin embargo, esta imagen olvida el medio físico o “esqueleto” que sustenta este tejido ecológico, en particular los sedimentos (gravas, arena) y la dinámica geomorfológica (cauce, barras y llanura aluvial). La disponibilidad de este hábitat físico resulta crucial para la fijación de las comunidades biológicas y el desarrollo de su ciclo vital estacional y anual. Por ejemplo, los peces necesitan de sedimentos (gravas) para el desove, al igual que diferentes organismos bentónicos (por ejemplo, los invertebrados) necesitan de pozas y rápidos para su desarrollo. En definitiva, la mayoría de los elementos de calidad biológica dependen, en mayor o menor medida, de los sedimentos y las formas físicas del cauce (geomorfología), y que responden a la dinámica fluvial. 18 19 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete Gerardo Benito M. Pilar Rabanaque Yuste

En España, cada año derriban del orden de 100 barreras fluviales en desuso, una actividad clave para recuperar la funcionalidad y la dinámica de los ríos La falta de caudal de los ríos efímeros favorece que hoy en muchas ramblas se practique la extracción de grava, los vertidos o la ocupación agrícola. Las extracciones de gravas han conducido a una profundización media de los cauces de 4 metros, a la vez que se ha generado un estrechamiento y una desconexión con la llanura de inundación La Rambla de la Viuda (Vall d’Alba, Castellón). Izquierda: Vista de un tramo con extracciones de grava en 2023. Derecha: Vista de la Rambla 6 km aguas abajo de la anterior tomada en 1990, mostrando un cauce trenzado en estado semi-natural. La pérdida de patrimonio natural y cultural es significativa / Fina García, Costur En los ríos, la dinámica fluvial y sedimentaria está determinada por el régimen de caudal y su estacionalidad. En este sentido, se pueden diferenciar los ríos con flujo permanente de otros que tienen un flujo no permanente ligado a las estaciones de lluvia. A su vez, los ríos de flujo no permanente se clasifican en ríos intermitentes (flujo entre 4 y 8 semanas al año) y ríos efímeros (flujo inferior a 4 semanas al año). En la región mediterránea, los ríos intermitentes y efímeros constituyen más del 70% de la red fluvial. En concreto, las ramblas son un ejemplo de ríos efímeros debido a que únicamente se produce flujo después de lluvias intensas de otoño y primavera. La falta de caudal de estos ríos efímeros les ha conducido a su marginación pública e institucional, favoreciendo actividades como las extracciones de grava, tráfico rodado, conducciones lineales, vertidos y ocupación agrícola. Esto no forma parte del pasado, sino que ocurre hoy en día en muchas ramblas mediterráneas. Sin duda estos hechos reflejan un valor social y una protección jurídica deficiente, lo que dificulta su gestión ambiental y conservación. En su conjunto, hemos olvidado el papel fundamental de los ríos, ya sean de flujo permanente o efímero, que no es otro que la cirlogía, pendiente...), y de variables dinámicas (cantidad y variación del caudal hídrico y de sedimentos). En general, el cauce fluvial suele estar flanqueado por la llanura de inundación o zona de baja pendiente construida por la corriente fluvial en su régimen de crecidas. Esta llanura de inundación permite disipar la energía de las avenidas y almacena temporalmente el caudal, produciendo un efecto laminador que reduce el pico de la inundación. Las inundaciones favorecen los intercambios ecológicos y son la base de la conectividad ecológica y sedimentaria a lo largo y ancho del corredor fluvial. Por tanto, las crecidas son episodios necesarios para la dinámica sedimentaria y la conservación fluvial. Entre los principales efectos de las actividades humanas sobre el cauce destaca la incisión o profundización del fondo del cauce. Por ejemplo, las extracciones de gravas del fondo de las ramblas han conducido a una profundiEjemplo de una actuación de demolición de barreras obsoletas. Arriba: Río Ibías en Degaña (Asturias) antes de la demolición. Debajo: Vista del Río Ibías después de la actuación /Confederación Hidrográfica del Cantábrico culación del agua, el transporte de sedimento y nutrientes, y la renovación y conexión de los sistemas físicos, acuáticos y riparios. Desde el punto de vista geomorfológico, el cauce es el elemento fundamental para el transporte de agua y sedimento, de manera que su forma y tamaño dependen de los caudales dominantes en cada sector de la red de drenaje. Este cauce puede presentar cuatro tipos básicos: rectos, sinuosos, con meandros y trenzados. Sus características propias como sección, profundidad, número de brazos y morfología del lecho (pozas y rápidos) y orillas, dependen de variables del terreno o estructurales (lito20 21 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

La idea de proteger un río evoca una imagen donde el flujo de agua atraviesa una densa vegetación de ribera olvidando el medio físico o “esqueleto” que sustenta este tejido ecológico, en particular los sedimentos y la dinámica geomorfológica En general, la restauración fluvial implica proveer de herramientas (caudal, líquido y sedimentos) y medios (espacio fluvial) para que el río realice y complete su trabajo de recuperación La restauración de los ríos degradados se debe basar, ante todo, en la recuperación de la dinámica natural del sistema fluvial que permita a los propios ríos reconstruir su geomorfología. Para ello necesitamos eliminar los elementos humanos que los perturban, de tal manera que los ríos puedan autocorregirse y adaptarse a los factores físicos actuales. En esta readaptación es clave reestablecer el flujo de sedimentos y, para ello, la existencia de caudales de agua que permitan la movilidad de los mismos. Igualmente, se requiere eliminar no solo los obstáculos transversales, sino también mover diques y motas de las márgenes del cauce para dejar espacio al río en su dinámica natural. De esta manera, se evita que los procesos como la erosión se concentren en el cauce y se favorece la atenuación de los picos de inundación. Río Manzanares en un tramo restaurado cerca de El Pardo (Madrid). La falta de caudal de crecidas favorece el crecimiento desmesurado de la vegetación de ribera e impide la dinámica geomorfológica y el transporte de sedimento. zación media del cauce de 4 metros, a la vez que se genera un estrechamiento del cauce y su desconexión con la llanura de inundación. Estos efectos se dejan notar también en los puentes y otras infraestructuras que necesitan reforzarse para evitar su colapso a medida que avanza la incisión del cauce. Otros elementos que afectan a la calidad y cantidad de sedimento en nuestros ríos son las “barreras” y obstáculos transversales (diques, presas, canales, norias...). En España existen más de 171.000 barreras que fragmentan la red fluvial e impiden el arrastre de sedimento hacia las partes bajas y las zonas costeras. Cada año derriban anualmente del orden de 100 barreras, la mayor parte de menos de 2 m de altura, todas en situación de desuso. La eliminación de estas barreras es una actividad clave para recuperar la funcionalidad y la dinámica de los ríos. Actuaciones de restauración del río Arga en el meandro de Sardilas (Funes, Navarra) para la recuperación de la conectividad del cauce con la llanura de inundación y creación de áreas de laminación controlada de inundaciones / Confederación Hidrográfica del Ebro 22 23 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

Basar la restauración fluvial únicamente en la revegetación en la rivera, implica un impacto negativo sobre la actividad morfológica y los sedimentos. Por tanto, resulta necesario encontrar un equilibrio que permita la re-naturalización del cauce y de la vegetación de ribera JULIO Caracol tonel (Tonna galea) Colección de Malacología MNCN 15.05/81871 Este gasterópodo marino se caracteriza por su concha de forma globosa, fina, ligera y reforzada por unas características costillas que la hacen muy resistente. Los adultos pueden alcanzar un tamaño de hasta 29 cm de altura. Tonna galea se encuentra en fondos arenosos infralitorales cercanos a zonas rocosas de aguas cálidas y tiene hábitos nocturnos. Se distribuye por los mares Caribe y Mediterráneo, costas atlánticas africanas y la región Indopacífica, a profundidades de entre 5 y 120 m. Es una especie carnívora que se alimenta principalmente de holoturias y otros equinodermos utilizando una ventosa con la que se adhieren a sus presas. Está equipado con una probóscide parcialmente evaginable y extensible, que es capaz de engullir a sus presas que luego son digeridas gracias a la acción del ácido sulfúrico y clorhídrico presentes en su saliva. La carne de este molusco es comestible, encontrándose puntualmente en las lonjas de los puertos de las provincias de Huelva y Cádiz. En Andalucía, la denominación más frecuentemente empleada es caracola o caracol. Aunque también se emplea el nombre de caracol de la mar, caracola fina o caracola amargosa. El ejemplar expuesto (MNCN 15.05/81871) mide 28 cm y fue radiografiado, poniendo al descubierto su estructura interna. Javier de Andrés Cobeta, Lola Bragado Álvarez y Fernando García Guerrero La pieza del mes En general, la vegetación de ribera condiciona y filtra la actividad fluvial y, en tramos de elevada densidad, puede inhibir los procesos geomorfológicos naturales. Es por ello que la dinámica geomorfológica se incrementa si se disminuye la vegetación de ribera. Normalmente, las acciones de restauración fluvial basadas en la revegetación de la ribera implican un impacto negativo sobre la actividad morfológica y los sedimentos. Por tanto, resulta necesario encontrar un equilibrio que permita la re-naturalización del cauce y de la vegetación de ribera. En la recuperación ambiental de los ríos se deben evitar actuaciones que impliquen soluciones estructurales que, lejos de solucionar los problemas ambientales, los agravan. La visión de un río como un canal para el transporte de agua ha llevado a olvidar su función en la circulación de sedimento y nutrientes. Como consecuencia, se han producido importantes deficiencias en la gestión de los sedimentos y nutrientes. En las últimas décadas, se ha experimentado un cambio paulatino en la mentalidad de muchos técnicos y gestores, que se ha consolidado recientemente. Sin embargo, todavía estamos lejos de superar como sociedad la relación entre progreso, seguridad y actuaciones de obra civil. En su conjunto, estas actuaciones favorecen la ocupación de espacio del río que, tarde o temprano, acaba recuperando o inundando. Este cambio de mentalidad en la restauración fluvial pasa por considerar el papel de los sedimentos y la geomorfología como solución integrada junto a actuaciones ecológicas. En general, la restauración fluvial implica proveer de herramientas (caudal, líquido y sedimentos) y medios (espacio fluvial) para que el río realice y complete su trabajo de recuperación. Es cierto que en ríos poco dinámicos (altamente regulados) o en tramos muy alterados no existe una capacidad de recuperación, siendo necesario realizar acciones locales o a escala de cuenca, que permitan activar las deficiencias hidro-sedimentarias y revertir los efectos de la degradación. En este camino, resulta fundamental recuperar un espacio fluvial donde el río pueda desarrollar sus funciones y procesos (erosión, deposito, desbordamiento...) e integrar este nuevo espacio con actividades humanas compatibles con objetivos ambientales (puntos de observación y enseñanza). Este territorio del río debería ser continuo y con la suficiente anchura para permitir la dinámica hidromorfológica y las funciones ecológicas, a la vez que favorezca la laminación de las inundaciones. En la delimitación de este espacio fluvial se pueden aplicar criterios de dinámica hidromorfológica reciente e histórica. Se trata en definitiva de hacer una restauración que aborde los procesos geomorfológicos y las conexiones del sedimento, de forma que la recuperación sea sostenible en el tiempo  24 25 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

AGOSTO Agallas de roble producidas por la avispa de las agallas Odontocynips championi Panamá Colección de Entomología MNCN_Ent 407315 Las agallas son estructuras morfológicas anormales de las plantas que se forman por la acción de un agente inductor, normalmente un insecto, aunque hay también agallas vegetales causadas por hongos y microorganismos. En el caso de las agallas más complejas, como las inducidas por insectos cinípidos, la morfología de la agalla responde a cada especie concreta que las provoca representando así un fenotipo extendido del insecto. En este caso, lo que vemos son agallas producidas en un roble de Panamá por la avispa de las agallas Odontocynips championi. Es una de las agallas de cinípidos de mayor tamaño que se conoce, superando los 10 cm de envergadura. En el volumen dedicado a Hymenoptera de su magna obra Biología Centrali-Americana, publicada en 1883, Peter Cameron describió la agalla de una avispa colectada en la región de Chiriquí en Panamá, con el nombre de Cynips championi, en honor de su colector George Champion. Solo muchos años después, pudo ser estudiado su insecto inductor (que se obtuvo de las agallas) y en un trabajo publicado en 2011 los autores demostramos que la especie se encuadraba mejor en el género Odontocynips, por lo que el nombre válido actual es Odontocynips championi (Cameron, 1883). En este trabajo se designó un neotipo para la especie que está depositado en la colección de entomología del Museo Nacional de Ciencias Naturales. El trabajo taxonómico se completó con la agalla que puede verse en esta caja. Hasta hace poco, O. championi fue la única especie de avispa de las agallas que se citaba en Panamá. Hoy, gracias a los trabajos efectuados por los autores de este texto, se estima que hay en este país alrededor de 70 especies asociadas a los árboles del género Quercus de los bosques nubosos montanos de la región de Chiriquí. Se han descritos tres géneros y veintiséis de estas especies como nuevas para la ciencia. José Luis Nieves-Aldrey y Enrique Medianero DICIEMBRE Conductímetro de Kohlrausch (ca.1900) Madera, cobre, latón, mármol, ebonita Colección de Instrumentos Científicos Históricos MNCN.ICH.0033 La historia del análisis y aplicaciones de la conductividad eléctrica se ha ido tejiendo a través de una serie de hitos, desde la observación en la Antigua Grecia del comportamiento de materiales no conductores con los que se generaba electricidad estática, como el ámbar (“elektron” en griego), hasta el desarrollo de los actuales EC-Meter para su medición. En el siglo XIX se localizan avances clave en el plano teórico y en la fábrica de instrumentos creados al efecto, que permiten dar un salto en la comprensión y medición de este fenómeno, como ejemplifican respectivamente la Ley de Kohlrausch y la pieza aquí expuesta, ambas ligadas al físico alemán Friedrich Kohlrausch (1840-1910). El conductímetro de Kohlrausch permite determinar la resistencia eléctrica de un electrolito. La corriente alterna pasa a través de un circuito, en el que, mediante el ajuste con el giro de la manivela del hilo metálico enrollado en un rodillo de mármol, se pretende encontrar el equilibrio del puente o corriente nula. En ese momento, se deja de escuchar el paso de la corriente a través del auricular de teléfono conectado al aparato y se puede hacer el cálculo de la resistencia de la disolución. Este modelo aparece en el catálogo de 1894 de la empresa Hartmann&Braun Complete Catalogue of Electrical Measuring and Test Instruments, bajo el nombre de Wheatstone – Kirchhoff Bridge, Kohlrausch roller type y el número 389, con un coste de 250 marcos. En el año 1980 en el Museo Nacional de Ciencias Naturales se recuperan los instrumentos del extinto Instituto de Radiactividad del que procede este aparato, en lo que es una acción en pro de la salvaguarda de los bienes del patrimonio científico-técnico que hoy continua. Leticia García Aylagas 26 27 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

Este otoño y hasta finales de enero, un gran mamífero marino digno de un relato de ciencia ficción conquistará las salas expositivas del MNCN. A finales de septiembre el Museo acogerá la exposición El ojo de la ballena, que muestra los resultados de la investigación de Elena Vecino, catedrática de Biología Celular e Histología de la Universidad del País Vasco (UPV). La muestra contará, entre otros elementos, con imágenes de microscopio electrónico de distintas zonas del ojo de la ballena y diversos recursos accesibles para personas con discapacidad visual como maquetas a tamaño real del ojo de la ballena, y de una ballena y un humano para ver la diferencia de tamaño a escala. También contará con un auténtico ojo de ballena: el de nuestro gran rorcual. Al mismo tiempo, se inaugurará Ahab y la ballena blanca, una muestra de las ilustraciones del artista Manuel Marsol para el álbum ilustrado del mismo nombre. El libro es una reinterpretación del clásico de Herman Melville, Moby Dick, que se asoma al mundo de las obsesiones desde el humor, en un juego de equívocos y pistas entre texto e ilustración. La exposición contará con ilustraciones, bocetos, impresiones glicée, el cuaderno del artista y un vídeo que muestra el proceso de trabajo de Marsol  Ilustraciones de Manuel Marsol, autor del álbum ilustrado Ahab y la ballena blanca Imágenes del ojo de la ballena tomadas por Elena Vecino con un microscopio Ballenas en el MNCN Este otoño y hasta finales de enero, un gran mamífero marino digno de un relato de ciencia ficción conquistará las salas expositivas del MNCN 28 29 43 Septiembre 2024  Sumario  Accede a todos los números Suscríbete

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